Nuestra historia

Los orígenes de la Iglesia cristiana apostólica

La Iglesia Cristiana Apostólica (Nazareno) tuvo sus inicios en Suiza con la predicación de Samuel Heinrich Frölich (1803-1857). El Señor lo usó para proclamar su Palabra con poder y sencillez, y la prueba de su ministerio fue un despertar espiritual que se extendió como un fuego. A pesar de la intensa persecución, surgieron congregaciones en todos los cantones de Suiza, y más allá, en Alemania, Europa del Este y en todo el mundo.

Nuestra identidad

Un legado de herencia y fidelidad

Cuando los Nazarenos de Europa llegaron a Norteamérica, fue necesario elegir un nombre para la naciente denominación. Nuestros padres espirituales eligieron el nombre "Iglesia Cristiana Apostólica (Nazareno)" porque buscaban seguir las enseñanzas de Jesucristo y los Apóstoles. Nos esforzamos por mantenernos fieles a ese objetivo, a pesar de una cultura relativista y de las numerosas voces confusas dentro del cristianismo.

Nuestra misión

Proclamando la verdad eterna, inspirando la fe verdadera

Los miembros de la Iglesia Cristiana Apostólica vivimos para glorificar a Dios proclamando fielmente el Evangelio de Jesucristo, cimentando nuestras vidas en la verdad infalible de la Biblia y llamando a todas las personas al arrepentimiento, la fe y una vida de discipulado. Arraigados en la fe apostólica y la herencia anabautista, nos comprometemos a defender la verdad bíblica, formar discípulos y compartir con compasión el mensaje de Jesucristo con nuestro prójimo y las naciones.